sábado, noviembre 11, 2017

Antepasados

Creen algunos pueblos africanos que la muerte es “amortal”, que es la “prolongación de la vida”. La vida se prolonga para dar paso al estadio de antepasado, que se concibe como el estadio superior por excelencia. La muerte se convierte por tanto en el punto culminante de una ascensión prestigiosa, y el antepasado se encuentra en la cima del prestigio.

Hay hombres y mujeres que se convierten en nuestros antepasados sin saberlo. Antes de conocerte a tí o a Iván, Paco y Cuadrado eran ya un nombre y apellido indivisibles y harto conocidos, familiares. Todo el que ha pasado por el Colegio Aljarafe conoce al menos una porción de tu obra y de tu persona.

Más adelante, Paco y Cuadrado dejan de ser sólo ese nombre y apellido indivisibles, y aparece la persona. Una persona pequeña, que como alguien escribía, miraba desde abajo porque no necesitaba mirar desde arriba. Cariño, bondad, inocencia, interés, felicidad. Unas palabras tuyas y de Maripaz llegaron hasta Haití y quedaron grabadas en mi cabeza. Más antepasado.

El Ateneo, la pintura, la familia, Iván, mis padres, amigos, fotos de Carnaval, bailes. Desde entonces siempre estuviste, casi siempre lejos porque la que estoy lejos soy yo. Y ahora estás en la cabaña del bosque, en ese bosque de colores pastel. Un lugar para los antepasados.