sábado, junio 28, 2008

Fúmate








A veces me da la sensación de que me estoy fumando mi vida, y que me la estoy fumando “aliñá”. Aliñá con sensaciones que no siento transitorias porque son tan reales que me empujan a sazonar más y más…

La gente que voy conociendo, mi gente, es el humo que me trago, y que se queda en mis pulmones cada día. Se queda dentro, irreversiblemente, dando sabor a todo lo demás. Mi trabajo es el humo que expulso, compartiéndolo con otros, y que me induce a seguir fumando.

Esos ciclos de creatividad que van y vienen definen la intensidad con que vivimos, y muestran el tiempo que tenemos para pensar en ello. Sin tiempo la creatividad se evapora, se esfuma dejando sólo el rastro que se incrusta en tu vivir; es el humo que expiramos a solas, sin compartirlo con nadie, como un extractor en un cuarto de baño. Sin intensidad… sin intensidad todo se convierte en un cenicero. Los ciclos son un compromiso entre ambos…

Por haber cambios al acecho, que me empujan a decidir qué hacer o dónde ir, he conseguido ahora uno de esos ciclos; ahora sólo tengo que aprender a mantenerlos en el “durante”, hasta conseguir una constancia que me cuesta por lanzarme siempre saltándome los escalones de dos en dos.

La isla me insinúa ahora nuevas alternativas con las que no contaba, y las posibilidades que me atrajeron e ilusionaron hace apenas un mes quedan postergadas unos meses. África sigue en mi catalejo, pero se antepuso la posibilidad de explorar este pedacito de planeta un poco más.

Acepté, y a punto estoy de prender un nuevo cigarrito.

lunes, junio 23, 2008

Tramos comunes

Nuevas etapas se insinúan, descaradas,
y saltan dentro de la esfera que envuelve nuestra rutina.

Sueños desconocidos comienzan a tomar forma, espontáneos;
deambulan por la zona;
por esta zona, por aquella, y por todas.

Almas vagabundas que yacen en los parques;
en este parque, en aquél y en todos.

Compartidas ilusiones,
tiempos que se transforman y cambian de color,
manteniendo su olor, siempre firme.

Duelos pasados, presentes y futuros cambian de reparto,
actores secundarios que quedan en el banquillo dorado,
suplentes de un partido eterno;

Los protagonistas, permanentes,
empujan un nuevo cajón,
habitado por esos sueños e ilusiones, que asoman;
estos pronto dejarán de ser desconocidos…

Los suplementes, sentados en su banquillo de oro,
encadenan poesías
que flotan desde continentes lejanos.

El laberinto de sueños abrió sus puertas
y todos estamos invitados:

Senderos múltiples, a la medida de cada jugador,
curvas que te acercan al camino de otros;

Y la suerte diseñó tramos comunes,
puntos de partida de rutas paralelas,
rectas que se cruzan en el infinito.

Metas a las que para llegar, juntos,
no hará falta pagar ningún peaje…

viernes, junio 13, 2008

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