domingo, enero 22, 2012

“China! China!”

A veces los pequenyos detalles te dan las pistas más contundentes de cómo están cambiando las cosas, de cómo está cambiando el mundo:

En Etiopía, como en muchos países africanos, los ninyos a los extranjeros, en lugares remotos, nos gritan “China!, China!”. Me pareció incredible, me sorprendió mucho… ahora los blancos en África somos “chinos”. Cómo está cambiando la película, y cómo está cambiando la balanza del poder.

China está contruyendo infraestructuras masivamente en muchos paises africanos. El “banco chino”, para los gobiernos africanos, es mucho más cómodo que el Banco Mundial o el FMI, y las negociaciones bilaterales con China son sin duda más sencillas que aquellas que imponen condiciones fiscales imposibles y cambios estructurales que persiguen imitar los modelos liberales de los países occidentales. Sí, esos modelos que se están desmoronando en estos días y que aún así siguen defendiendo las agencias multilaterals y los gobiernos de nuestros países, tan sabios y subnormales a la vez.

Quién sabe... quizás nosotros también, en algunos anyos, en lugar de Merkels y Sakozys, tendremos Hu Jintaos y Wen Jiabaos...

China, China!

martes, enero 17, 2012

"Probando-probando", y dándole vidilla al blog desde Etiopía









Durante unos dias no tuve acceso al blog y pensé que habia perdido todo lo que durante estos anyos he ido escribiendo y publicando.

Esto es una prueba y un previo a una serie de posts desde el Cuerno de África.

Primeras impresiones: Introducción a Etiopía













Llevaba meses con el blog abandonado, pero ahora tengo material, mucho material para compartir… Tendréis que disculpar alguna errata en el texto, consecuencia de estar escribiendo desde un teclado en inglés –a veces el corrector, que a menudo es un buen aliado, no sólo no me corrige sino que me la juega cambiándome palabras a su versión en inglés, y eliminando acentos y enyes...-.

Hoy escribo desde Somali Region, desde el Campound de WFP (World Food Programme), único sitio en el que hay acceso a internet en Gode, bajo un árbol y rodeada de mosquitos (joder, si pudiese los exterminaria a todos, sin precuparme ni un segundo por el equilibrio del ecosistema). Tengo que empezar con una cadena de impresiones personales (es probable que resulten superficiales, pero así son las primeras sensaciones cuando una es nueva en un lugar):

Al leer sobre Etiopía, multitud de autores coinciden en que es una país único, diferente. Diferente al resto de países de la región, y diferente a todos los demás. Y hasta el momento, aún desde mi ignoracia, me parece una definición muy exacta.

Etiopía se siente muy orgullosa de ser el único país africano que no fue realmente colonizado por ninguna de las potencias europeas (las potencias europeas de la época, claro, porque ahora con la que está cayendo esto de “potencia” tiene otras connotaciones…). Los italianos hicieron un intento y, aunque consiguieron ocupar una parte del territorio durante algunos anyos, fueron finalmente explusados por los etíopes en los anyos cuarenta.

Otra de las singularidades de Etiopía es que es el único país en África donde se practica el cristianismo ortodoxo (otros enclaves de esta religión son los Balcanes, Rusia o Grecia). Coexisten en Etiopía Ortodoxos y Musulmanes en absoluta armonía. Y cuando digo absoluta armonía quiero decir que trabajan juntos y viven en los mismos pueblos y ciudades, y en paz. En cuando se comienza a observar a las gentes de Addis, en seguida llama la atención cómo hombres y mujeres van cubiertos con panyuelos grandes, blancos en su mayoría, desde la cabeza hasta la cintura. Es un complento básico para los y las ortodoxas; básico por lo extendido de su uso, y no por su obligatoriedad. Llevan los panyuelos con una elegancia que impresiona. Yo me he comprado uno, pero no hay manera… se me descuelga por un lado, lo arrastro por el otro… nada, lo nuestro parece que son los trajes de gitana. A ver si es verdad.

Son muy guapos y guapas los etíopes. En realidad tengo que decir que ellas son más guapas que ellos, en general y a mi pesar. Sí, amigos, semejantes bellezones por todos lados, que hasta a mí me hacen girarme cuando voy andando por la calle...

Hay una interesante variedad de colores de piel en Etiopía. Los etíopes –creo que en general los de las highlands, desde Addis hacia el norte- se autodenomian “rojos”. Ellos son rojos, no son ni negros, ni blancos. Y es cierto que no tienen las facciones o color del África subsahariana: yo diría que hay una mezcla de facciones entre el África negra y paises árabes.

El país es inmenso, y con gran variedad de climas y paisajes. Addis Abeba es la segunda capital más alta del mundo, tras Katmandú. Hace frío por la manyana y por la noche, pero cuando pega el sol puedes sentir que estás cerca de él, que estás en la montanya. Hacer deporte en Addis es todo un reto, acabas reventao (y no es que yo esté en baja forma, es la altitud… qué gran excusa me he buscao, eh). En el resto de regiones -son once en total-, se pueden encontrar desde zonas extremadamente áridas (desierto puro), hasta zonas fértiles y con abundante agriculturta y ganadería.

Parece un clásico decir que la gente aquí es encantadora, pero tengo que decirlo. Addis es una ciudad muy fácil, accessible, muy segura (la criminalidad es casi inexistente), y los extranjeros (aquí nos llaman “foringis”) están muy mezclados y repartidos por los diferentes barrios. No existen los bares de expatriados, o restaurants de blanquitos, como en otros países en los que he estado. Parece haber una amplia clase media etíope que sale a divertirse, y que diluye nuestra presencia. Y eso está muy bien. El tráfico no es exagerado, y se puede caminar tranquilamente por la calle a cualquier hora del día o de la noche (nada que ver con el caos de Nairobi, por ejemplo), o tomar taxis públicos en cualquier momento. Es fácil, muy fácil la interacción con etíopes en cualquier lugar, y la gran mayoría al menos chapurrean ingles, de forma que la comunicación está asegurada.

El Cuerno de África (Etiopía, Kenya y Somalia fundamentalmente) sufre desde hace unos meses una declarada emergencia por escasez de lluvias, y por tanto escasez de agua, pérdida de medios de vida –fundamentalmente causada por la muerte de cabezas de ganado- y por tanto hambruna. Somalia, (se le puede llamar estado aunque le pongamos el apellido “fallido”?) es el país que más severamente esta sufriendo esta crisis humanitaria, por razones obvias: a la sequía se le suman todos los elementos del conflicto, elementos que no traen más que violencia, sufrimiento, hambre y muerte. Millones de personas están afectadas por esta crisis que, por otra parte, no es nada nuevo aunque estos meses haya salido algunas veces en los medios (solo algunas veces, pero no las suficientes). Somalia es una de las verguenzas del mundo, es un país que lleva décadas olvidado por todos, un país que no puede ofrecer a su gente más que miseria y dolor, y es un país por el que todos, todos nosotros deberíamos sentirnos responsables y avergonzados. No, no es nada nuevo lo que está pasando en Somalia, y ésta no es ni será la primera ni la última sequía que afecta a la región.

Y ahí quedan mis primeras impresiones… una aproximación a la historia de Etiopía en el próximo post.