Sensaciones y motos

Hoy de nuevo tengo la oportunidad de sentarme a escribir un rato. Son varias las sensaciones que hoy quisiera poner en orden mientras las comparto con vosotros.

La situaci'on pol'itica en la regi'on en que nos encontramos es sin duda harto curiosa, pero m'as a'un lo es la religiosidad que se respira en todos los rincones. Los templos budistas, si bien son de una belleza asombrosa, constituyen un s'imbolo de poder y riqueza en toda la zona. Muchos ninos se hacen monjes desde pequenos como 'unica v'ia para alcanzar una educaci'on y vida dignas, sin siquiera plantearse razones exclusivamente religiosas. As'i, much'isimos hombres (y s'olo unas pocas mujeres) viven en y de los templos y de todo lo que se mueve alrededor de los mismos. Algunos de estos templos son muy importantes, y otros, sistuados en zonas m'as rec'onditas, son pequenos y humildes; las donaciones privadas son la principal fuente de financiaci'on de estas entidades, y por tanto, como siempre, existe una enorme rivalidad y competitividad entre ellas.

La religi'on budista, tan idealizada por muchos occidentales, tan espiritual y proliferadora de la no violencia, tan pac'ifica y bondadosa... tiene como todas grandes defectos que se palpan, se ven y se aprecian con s'olo observar y aplicar una mirada cr'itica. Y por supuesto, lo m'as importante, tiene much'isimos seguidores, gente que vive siguiendo las pautas marcadas por unos cuantos.
Por las calles la gente anda rezando con el collar de cuentas en las manos (una oraci'on por cada cuenta), dando vueltas a la rueda de oraciones (siempre en el sentido de las agujas del reloj), y hay banderas de oraci'on colgadas por todos lados (montes, calles, templos, casas, tiendas...). Aqu'i, adem'as, muchos comercios o negocios muestran la foto del verdadero Dalai Lama libremente, y los s'imbolos religiosos son expuestos sin peligro de represi'on por parte de la polic'ia china.

Por aqu'i todos se desplazan en motos de cilindradas medias (250 cc es lo m'as normal), aderezadas con todo lo que pod'ais imaginar: cintas de colores, banderitas, radios... y todas las canalladas-macarradas posibles. Y claro, nosotros no pod'iamos ser menos y nos hemos alquilado hoy un par de motos, las m'as macarras que hemos encontrado, para rular libremente surcando montes, llanuras y todo lo que se nos ha ocurrido. Yo era chofer de una de ellas, y he disfrutado como una nina chica. Todos me miraban, extranados... C'omo una mujer al volante, y, encima, llevando a un hombre detr'as???? Casi le cost'o trabajo al chico alquil'armela, hasta que comprob'o que sab'ia conducir!! Ya os subiremos fotos, ha sido muy muy divertido; todos hemos sacado nuestra vena moterilla-macarrilla parea disfrutar este d'ia tan especial.

En el pa'is de las nubes

Casi rozando las nubes se encuentra el T'ibet, tambi'en llamado el pa'is de los cielos. Las carreteras que comunican los pueblos que estamos visitando ofrecen los mejores paisajes que he visto nunca.

Empezamos en Kanding, donde subimos a un maravilloso lago de alta montana rodeado de picos y bosques, y que es un lugar en el que ya se saborea la cultura tibetana pero donde a'un hay mucha presencia china. Ahora viajamos con tres amigos, tres espanoles con los que hemos hecho un gran equipo y a los que parece que conozcamos de toda la vida. Ah'i entramos por primera vez en un templo budista, y las personas que se encontraban orando y dando vueltas alrededor de la rueda de oraciones en seguida nos invitaron a participar. Ha sido interesante sentarnos con los monjes a conversar, por senas claro, y recibir su hospitalidad. Estamos aprendiendo algunas palabras en tibetano, pues la lengua es completamente diferente al chino, aunque la mayor'ia lo hablan y lo leen.

Los rasgos de las gentes del T'ibet recuerdan asombrosamente a los habitantes del altiplano andino. Las ropas, el colorido, los peinados, la forma en que cargan a sus hijos, los avalorios que llevan, los sombreros... Los rostros de la gente son incre'ibles. Hombres y mujeres son guap'isimos, y para que decir los ninos. Adem'as, sonr'ien constantemente, y son muy amables.
Al llegar a Tagong la influencia china ya es casi inexistente. All'i fuimos invitados a tomar t'e con mantequilla y queso de yak con una familia, en cuyo hostal nos alojamos. Fue una experiencia incre'ible, si bien no entendemos la misma lengua, la comunicaci'on fue total y completa. Comprobado queda que la comunicaci'on es posible siempre y cuando exista la voluntad de comprender y hacerse comprender.

En nuestro camino de Kanding a Tagong vimos algo m'agico. En medio de ninguna parte, en la carretera y enmedio de una densa niebla, vimos a un mont'on de gente rodeando un chorten (o estupa) que estaba repleto de banderas de oraci'on de muchos colores. Nos detuvimos y, en ese momento, apareci'o un Lama que llegaba en coche y al que todos aclamaban fervorosamente. R'apidamente todos lo rodearon, y lanzando al aire papeletas de oraci'on de colores, esperaban, jaleando, su bendici'on. As'i, uno a uno, les fue poniendo sobre los hombros el cata (un panuelo blanco de seda), al tiempo que les hablaba serenamente. Me ha impresionado especialmete escuchar los gritos y c'anticos de felicidad de todos los presentes, bajo una lluvia de papeletas de colores. A'un sin compartir o realmente comprender la espiritualidad de estas gentes, es realmente emocionante compartir y presenciar momentos tan emotivos.

Ahora estamos en Litang, un pueblo a 4.500 m. de altitud, y que est'a lleno de vida. Es muy importante aqu'i el Festival del Caballo, que se celebrar'a muy pronto. Aunque nos iremos antes de que comience, ya se perciben los preparativos del mismo, y se empiezan a montar las tiendas donde todos los habitantes de Litang habitar'an durante el festival, y que se encuentran en una gran llanura verde a un par de kil'ometros del pueblo. Aqu'i no est'an muy acostumbrados a los turistas, y en ocasiones nos vemos rodeados de gente. Les encanta ver las fotos que les tomas con la c'amara digital, y les encanta tambi'en hacer fotos con ella. Tambi'en les llama mucho la atenci'on mi pendiente de la nariz, y los ninos se acercan a tocarlo, curiosos. A veces s'olo se acercan a saludarte, dese'andote buena suerte.

Los yaks son por esta zona la base de la alimentaci'on; de ellos obtienen mantequilla, leche, carne y queso, y con la piel tejen mantas y ropa. Yo nunca los hab'ia visto, y por aqu'i est'an por todas partes. Recuerdan a los b'ufalos, pero son dom'esticos y viven con la gente.
En el camino hasta Litang, que hicimos pegando botes dentro de un viejo autob'us (a'un tenemos agujetas en la espalda de amortiguar los saltos), he visto los paisajes m'as impresionante de mi vida. La carretera alcanz'o un m'aximo de 5.000 m, y en el transcurso de la misma se recorren m'as de 7 valles, cada uno m'as bello que el anterior. Ah'i arriba, entre curva y curva, entre valle y valle, me abord'o una incre'ible sensaci'on de libertad.

En Chengd'u

Chengd'u nos ha encantado; es una ciudad muy manejable y mucho m'as tranquila. El albergue en que nos hemos alojado ha resultado ser un punto de encuentro de viajeros de todo el mundo, mucha mezcla y muy buen rollo. Hemos conocido gente, hemos salido de marcha, hemos descansado... Han sido dos d'ias tranquilos y muy gratificantes.
Encontramos un mercado alucinante. Especies animales de todo tipo, tortugas marinas, peces gato, sapos y ranas, anguilas, tiburones, langostas... Personalmente me encantan los mercados, en ellos se saborea el d'ia a d'ia de la gente que est'a comprando o vendiendo, el ambientillo del barrio, la gente que encuentras.
Chengd'u es famoso, entre otras cosas, por el centro de conservaci'on del Oso Panda. En la regi'on, Sichu'an, hay varias reservas naturales en las que viven los Pandas en libertad, en los bosques de bamb'u. Tambi'en tiene una zona montanosa repleta de templos, y es lugar de partida hacia el T'ibet, bien por carretera, bien en avi'on.
Y ese es nuestro pr'oximo destino. No vamos a entrar en T'ibet, porque se requieren permisos especiales que son dif'iciles de conseguir salvo que vayas en grupo, as'i que vamos a hacer la carretera visitando los pueblos que antes pertenec'ian a T'ibet, y ahora son, oficialmente chinos, pero mantienen la cultura e identidad tibetanas. Subiremos pues a alturas hasta los 6000 metros, gradualmente y en unos 10 d'ias. Qu'e ganas!

Un largo viaje en tren

Tuvimos la suerte de pasar la noche en el tren que hace la ruta Beijing-Lhasa (capital del T'ibet), y que casualmente nos asignaron en nuestra marcha hacia Xi'an. Es este tren el m'as popular actualmente en China, pues la ruta Beijing-Lhasa ha sido recientemente inagurada y puesta en marcha con gran demanda; supone este hecho una estrategia del gobierno chino para suavizar la identidad Tibetana, y erradicar poco a poco los a'un presentes movimientos independentistas del T'ibet. As'i se fomenta el turismo chino al T'ibet, y, al fin y al cabo, la mezcla de ambas culturas; mezcla que tristemente puede suponer la victoria de la cultura china sobre la tibetana y, en consecuencia, la gradual desaparici'on de 'esta en la zona ocupada.

Al llegar a la estaci'on de tren (Beijing West Train Station) de nuevo nos sorprendi'o lo enorme que es, y la cantidad de gente. En la cola para nuestro tren, estaban los medios de comunicaci'on, y much'isima gente haci'endose fotos. Ha sido un privilegio, por tanto, haber tenido la oportunidad de viajar en tan solemne medio de transporte!

As'i, el viaje en tren comenz'o muy bien, pero ha sido toda una experiencia. 28 horas en total, de las cuales las 16 'ultimas, correspondientes al trayecto Xi'an-Chengd'u, las hicimos hacinados en un vag'on, sin aire, y con miles de ojos observando todos nuestros movimientos. Ni un occidental en los vagones sin cama, y, por supuesto, nadie que hablara ingl'es. Cada vez que alguien se dirig'ia a nosotros, aparec'ian cabezas por todos lados, rode'andonos, y ri'endo todos todo el tiempo. Senalar que tambi'en los olores se iban haciendo m'as y m'as intensos con el paso de las horas, hasta que ya se hicieron parte de nosotros tambi'en!

Un suceso consigui'o cabrearnos, y pronto entender'eis por qu'e. Durante el trayecto se acercaron varios polic'ias, habl'andonos en chino, y senalando hacia la parte delantera del tren. Los turistas viajan, por lo general, en los vagones cama, as'i que les parec'ia extrano vernos a nosotros en el vag'on de asientos. Un polic'ia con nociones b'asicas de ingl'es se acerc'o, ya a las 2 de la madrugada, cuando hab'iamos conseguido empezar a dormir y hacernos colegas de todo el vag'on, y nos dijo que su jefe quer'ia que nos fu'esemos a un vag'on cama, gratis, porque "all'i no est'abamos seguros". Bueno, pues all'a fu'imos, cruzando el tren entero, despertando a la gente que dorm'ia tirada en los pasillos y... cu'al fu'e nuestra sorpresa al descubrir que la ansiada cama no era m'as que una mesa, con sillas de pl'astico, en el vag'on de los polic'ias, y, claro, rodeados de maderos! S'olo nos quer'ian quitar de enmedio, separarnos de la gente del pueblo, para que no vi'esemos las condiciones en las que se viaja en los transportes p'ublicos en China. Separar a los turistas de la gente, es una pr'actica... comunista?

Turismo dominguero: La Gran Muralla y La Ciudad Prohibida

Pek'in es alucinante, pero empezamos a estar cansados de encontrarnos rodeados de tant'isima gente all'a donde vamos. La visita a la Gran Muralla result'o alucinante por los preciosos paisajes y la imponente e interminable Gran Muralla; pero parec'ia una romer'ia... vamos, ni el camino del roc'io... Al llegar elegimos, para patear, el camino con menos gente, pero de veras nos sorprendi'o el "tinglao" que tienen montado abajo: bares, puestos de souvenirs, mercadillos... y todo a lo grande y atestado de gente! Ahora bien, cierto es que impresiona c'omo la muralla sube y baja montes m'as all'a de donde alcanza la mirada, y los paisajes son alucinantes. Llegar fue una aventura, varios transbordos de metro y un autob'us que cost'o encontrar... qu'e grande es Pek'in!

A la Ciudad Prohibida, donde habitaban los emperadores de las distintas dinast'ias hace miles de anos, se accede desde la puerta o arco que se encuentra debajo de la m'itica foto de Mao en Tianmanen Square. La visita es interesante, pero las grandes masas provocan que ese encanto se vea seriamente afectado; los palacios y jardines son bonitos, pero nos parec'ia un parque tem'atico: puestos de comida r'apida, aglomeraciones de familias comiendo y bebiendo, puestos de helados, una voz por megafon'ia... y todo eso imaginadlo con un calor brutal.
Son visitas obligadas, claro, pero estamos ya listos para dejer la capital e introducirnos en la China rural; manana tomamos un tren con destino Xi'an (12 h), y de all'i a Chengd'u (otras 10h). Es lo que tiene viajar por un pa'is inmenso con poca pasta!
La gente es simpatiqu'isima. Se r'ien todo el tiempo y, la mayor'ia, se esfuerzan por hacerse entender hasta conseguirlo. La comida es tambi'en buen'isima, y barata; nos estamos haciendo profesionales de los palillos. Como v'eis, hemos incluso probado ya las peluquer'ias "fashioneti' de los barrios pekineses.

Interesante destacar tambi'en las 'ultimas tendencias en Pek'in: los colchones no se llevan mucho, y en su lugar se utilizan somiers de tablas con colchas o edredones encima. Al principio parece que no, pero se duerme realmente bien. Los calcetines tipo ejecutivo, de color carne para ellas y color gris para ellos, cortitos al tobillo, y con zapatos o sandalias de distintos modelos, est'an tambi'en muy extendidos. Tambi'en est'a muy de moda esta temporada las viseras tipo soldador, para llevar en bici o andando, con cristal reflectante y dos posiciones: arriba, al estilo de la gorra cl'asica, o abajo, estilo... soldador! Y algunas m'as que os contaremos en pr'oximos cap'itulos.

Deciros tambi'en que nosotros no podemos leer el blog desde aqu'i (censura???), s'olo podemos publicar, as'i que nos ser'a imposible leer los comentarios que nos escrib'ais.
Saludos desde Beijing!

En Beijing

Son tantas las cosas que sorprenden al adentrarse en Pekin que me es imposible destacar una sobre el resto. Realmente esto es otro mundo, del que lo desconocemos casi todo...

El cielo es de un color gris'aceo (tengo problemas para encontrar la tilde) que no deja ver el sol, la contaminaci'on crea una capa densa que cubre a toda la ciudad, de m'as de 17 millones de habitantes. Hace bastante calor, y muy h'umedo, as'i que las sudadas son una constante durante todo el d'ia.

Hay mucha gente por todos lados, eso era de esperar claro, pero lo cierto es que no te sientes muy guiri, pues aunque miran constantemente, son prudentes y muy educados y respetuosos. Sorprende la limpieza de las calles de la zona c'entrica, ni colillas en el suelo, ni un solo papel o desecho. Las papeleras tienen usos variados, entre los que destacan escupir libremente y cuanto m'as mejor, y sonarse los mocos tap'andose un orificio y "soplando a saco" por el otro. Hay brigadas de limpieza por todos lados, y el gobierno paga el pl'astico al peso, por lo que hay mucha gente que se dedica a recoger las botellas de pl'astico y almacenarlas para sacarse unos yuanes. Hasta tienes que darte prisa en acabar para entregar el preciado envase!

Tambi'en la polic'ia est'a por todos lados; la mayor'ia son chavales jovenc'isimos, que a menudo van desfilando por la calle. Se respira la disciplia por doquier. Ayer entramos a comer en un sitio, y entre un plato y el siguiente observamos que todo el personal sal'ia desfilando hasta situarse en la puerta del restaurante. A continuaci'on la que parec'ia la encargada les ech'o un discursito durante unos minutos, tras los cuales el resto entonaron un himno que dur'o otros tantos. Luego, siempre desfilando, todos para dentro y a currar.

Aqu'i tambi'en se comen muchos pinchitos. Los hay de pollo, de ternera, de calamares... y tambi'en de saltamontes, larvas, alacranes, escarabajos... toda una variedad. Adem'as est'an frescos, alta calidad, vamos, vivitos vivitos y coleando. Luego a la plancha, vuelta y vuelta y palante. Cuando los probemos os cuento.

Hemos tenido tiempo incluso de ser enganados, como decimos en mairena, nos han dado un "orejazo" en toda regla. Suerte que los Palominos, en nuestra l'inea, 'ibamos sin pasta, y al final la jugada les ha salido regular a las dos cortadoras de orejas...

El centro de Pek'in es un ejemplo de la apertura de China al capitalismo: MAcdonals, grandes centros comerciales, coca cola... y mucha, mucha gente comprando y consumiendo. Si Mao levantara la cabeza... Nosotros tambi'en hemos consumido un poquillo, y nos hemos comprado una c'amara digital, ya subiremos fotillos.

Estar en la plaza de Tiananmen nos pareci'o como estar dentro de un telediario, tantas veces vista en la tele o las noticias... El turismo es eminentemente chino, no hemos visto muchos occidentales. Casi todo el tiempo lo pasamos callejeando, y la diferencia con las partes tur'isticas es abismal, claro. En los barrios ya no se lleva tanto eso de la limpieza, y los occidentales ni se asoman...

Nos miran mucho. Sobre todo a m'i. Al pobre del orejas s'olo le miran los zapatos que lleva, una pena porque para 'el las chinas constituyen, dice, un descubrimiento. A partir de ahora se pondr'a babuchas estilo chino, a ver si as'i triunfa un poco m'as...

El tema del idioma... es motivo de risas constantes. Si es que al final, te entiendes... y cuando no te quieren entender, te lo hacen entender, vaya, que se hacen los longuis que da gusto, bajan la mirada, y fuera, otra cosa mariposa. Menos mal que han topado con dos fatigas buenos, que no se dan por vencidos f'acilemente.

Espero que todos est'eis tan bien como nosotros, desde Beijing, besakos.