Vuelan pétalos de ROSA
Desde hace unas horas, al otro lado del mundo, en otro lugar del planeta, flotan pétalos de ROSA. Aunque da igual donde estabas, o dónde estaba yo, huelo aún tu presencia en lo más inmediato de tu ausencia.
Qué paradoja haber estado hablando de la muerte durante la comida hoy, reflexionando en grupo sobre qué sensaciones origina, sobre cómo despedir, sobre qué esperar... en ese momento estabas haciendo tu maleta. Qué fácil fue siempre hablar contigo, y qué difícil es ahora escribirte. Haití hoy te recuerda y te canta a ritmo de música "gá-gá".
Nuestro rincón en el mundo estará siempre empapado de tí, y nosotros, sus habitantes, regaremos ese imperio contigo, sobre bancos verdes y oxidados, césped y aceras, paquetes de pipas, mesas fabricadas con rollos de cable, pinos y eucaliptos... Ese nuestro rincón en el mundo, único y singular. Reino del cariño. Planeta de la familiaridad y espacio de reunión insustituible.
Y serás como esos columpios desaparecidos que siempre existirán; como ese muro blanco y perforado a través del que insunúa el peñón su silueta; como esa bahía nuestra, salpicada de petroleros, pantalanes y espigones. Tu silla permanecerá siempre clavada en la arena, como clavados los dados permanecerán en el mar, mientras nos sonries encaramada a lo más alto de la gran chimenea.
Pétalos de ROSA flotan hoy sobre los puentes, y alcanzan lugares tan remotos como éste desde el que te escribo, y al que llega el olor a poniente.
Seguid flotando pétalos de ROSA.
Qué paradoja haber estado hablando de la muerte durante la comida hoy, reflexionando en grupo sobre qué sensaciones origina, sobre cómo despedir, sobre qué esperar... en ese momento estabas haciendo tu maleta. Qué fácil fue siempre hablar contigo, y qué difícil es ahora escribirte. Haití hoy te recuerda y te canta a ritmo de música "gá-gá".
Nuestro rincón en el mundo estará siempre empapado de tí, y nosotros, sus habitantes, regaremos ese imperio contigo, sobre bancos verdes y oxidados, césped y aceras, paquetes de pipas, mesas fabricadas con rollos de cable, pinos y eucaliptos... Ese nuestro rincón en el mundo, único y singular. Reino del cariño. Planeta de la familiaridad y espacio de reunión insustituible.
Y serás como esos columpios desaparecidos que siempre existirán; como ese muro blanco y perforado a través del que insunúa el peñón su silueta; como esa bahía nuestra, salpicada de petroleros, pantalanes y espigones. Tu silla permanecerá siempre clavada en la arena, como clavados los dados permanecerán en el mar, mientras nos sonries encaramada a lo más alto de la gran chimenea.
Pétalos de ROSA flotan hoy sobre los puentes, y alcanzan lugares tan remotos como éste desde el que te escribo, y al que llega el olor a poniente.
Seguid flotando pétalos de ROSA.