miércoles, enero 02, 2008

Stephen




Hoy escribo para escupir toda esta rabia que siento.

Me han dado la noticia de la muerte -el asesinato- de un amigo de Mwala. Fue secuestrado hace dos semanas y han encontrado su cuerpo en un bosque hoy. Las razones de este macabro hecho, que me ha dejado bloqueada, no se han esclarecido aún, pero parecen derivadas de la tensión y altercados que se están dando en Kenya. Una ola de violencia que me obliga, desgraciadamente, a retractarme sobre algo que escribí en un artículo hace escasamente un mes, y que titulé “Un país de paz”. Ahora, es un país en “guerra”. Esa armonía entre etnias que mencionaba no es ahora sino hostilidad acumulada que explota a raíz de un proceso electoral opaco y sospechoso. La estabilidad asegurada se ha transformado en una batalla en las calles; cientos de personas han muerto, y no parece que la solución esté cerca.

Estar tan lejos, no sólo geográficamente -que también-, sino en todas las dimensiones que la lejanía es capaz de crear, me hace reflexionar sobre la capacidad de desconexión que tenemos, o que tengo; y hace sentir mal. Todo esto me parece el capítulo de una serie de televisión. No parece real, porque esa realidad vivida hace apenas un mes, esa realidad que tan intensamente viví en Kenya, se ahoga ahora dentro de un mar de novedades y sensaciones a estrenar.

Qué egoísta mecanismo de defensa ése que nos lleva a grabar los momentos dulces de una forma indeleble, evitando sustituirlos por los aplastantes sufrimientos del mundo:

Ahí recuerdo a Stephen sentado, tomándose una Tuscker, con la botella verde en la mano, explicándonos cómo Kenya es un país de paz, y cómo los kenianos gente pacífica, tranquila, alegre y hospitalaria; qué paradoja que le tocara a él comprobar la violencia. Lo recuerdo llamándonos Compis, bailando en la pista de baile, conduciendo, traduciendo nuestros discursos en las reuniones con la comunidad o bendiciendo la mesa antes de servirse grandes cantidades de comida en el plato. Lo recuerdo probándose la camisa de ISF que le regalamos antes de irse, y llamándonos al altar el día que fuimos a escuchar su misa, con el micrófono en la mano. Lo recuerdo diciéndome su fecha de cumpleaños –que ya he olvidado- para comprobar cuál de los dos era mayor. Lo recuerdo también dando un discurso religioso en la fiesta de un colegio a la que nos invitaron, y lo recuerdo poniendo discos de Gospel y provocando así nuestras risas cómplices, cansados ya del cansino Gospel “de los cojones”. Así es como lo recuerdo. Por más que lo intento, no soy capaz de imaginarlo tirado en un bosque, muerto.

Otra vez ese puto mecanismo de defensa que me impide sentir lo que es la puta verdad.

Y así va este planeta… maldita capacidad de mirar para otro lado y de vivir ajenos a todos los horrores que suceden.

Y seguimos viendo las series en televisión...

4 Comments:

Blogger rafa moya said...

Te esperaba. Esperaba tu comentario lleno de rabia por lo que está sucediendo en el país que viviste hace unos meses. Yo también he vomitado en mi blog. Malditas guerras. Malditos líderes. Se nos olvida que tras esos machetes y pistolas, vienen muertos y familias destrozadas; vidas seccionadas. Stephens muertos en el bosque... me uno a tu dolor.

8:22 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Desde mi estudio de pintor Pitu, te saludo y a la vez que te felicito en tu hermoso trabajo
y me uno a tu tristeza.Tus palabras me aclarán mas que mil telediarios juntos pues son verdad vividas en lo más profundo del ser humano. Parece mentira que el mundo que estás viviendo tan lleno de color este ligado a tanta trajedia. Te quiero Paco Cuadrado

9:32 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Qué tal Pili? Soy el primo Curro y mi padre está sentado a mi lado. Aquí desde Jaén acabamos de leer tu artículo "Stephen" y bueno, nada que decir, la verdad es que tu lo dices todo, así que ánimo, supongo que la cooperación conlleva toda esa serie de paradojas, cambios abruptos, desconexiones, etc. Estas navidades (como sabrás) tus padres y rafalín han estado por aquí y lo hemos pasado muy bien, te hemos echado de menos y tenemos ganas de verte. Un abrazo


Soy el tito Alfonso. Pitufa no te me bloquees, tira para adelante porque tu puedes.

Un beso:

Tito Alfonso y Curro

11:40 a. m.  
Blogger una_pitufa said...

Hola Paco, Mari Paz, Curro y Tito Alfonso:

Bienvenidos. Me ha encantado leeros en este espacio.

Yo estoy muy pero que muy bien, os contaré cuando regrese en unos meses, frente a una cervecita bien fresquita. Mientras tanto, nos comunicamos por aquí, o por acá: pitupalomino@yahoo.es.

Besos grandes,

Pitu

2:51 p. m.  

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