sábado, diciembre 05, 2009

Mucho lirili pero poco lerele

Ya no lo aguanto más. Hombre, ya está bien de discursos conservadores de tinte clerical. Dejen de relacionar la política con los derechos y con la religión como si todos estos conceptos fueran suyos. Dejen de intentar confundir a la sociedad civil como si se hubiese caído de un guindo. Dejen de joder y de impedir la ampliación de los derechos de la gente.

Con el debate de la ley del aborto va a suceder lo mismo que pasó con la grandísima polémica que ocasionó la ley que permitía bodas entre personas del mismo sexo: Mucho lirili, pero poco lerele.

Si señores, los gays y lesbianas se quieren como se quiere cualquier pareja del planeta. ¿Y a ustedes qué les importa que se casen, si es que se quieren casar? ¿Les ha afectado en su vida personal que los homosexuales hayan visto reconocido un derecho del que siempre estuvieron privados? ¿Les hacen daño cuando se casan, o viven igual de tranquilos (o nerviosos) que antes?

Pues sí, la gente tiene relaciones sexuales entre sí porque les gusta. Eso es, porque les gusta. Y al primero de la fila de la misa del domingo, también le gusta.

Atención a la intervención en el Congreso –si si, en el Congreso- de la diputada popular (embarazada ella) Sandra Moneo, que afirmó que la ley del aborto “atenta contra la dignidad de la mujer, privándola del derecho más inherente, el derecho a ser madre”. Y yo me pregunto: ¿mi derecho más inherente, entonces, es el de ser madre? Coño, qué problema, y yo sin saberlo… entonces, yo, al no ejercer mi derecho más inherente, ¿tengo mermada mi condición de mujer? O ¿estoy atentando contra la vida de alguien? Espero que no, porque de verdad, no es mi intención…

Señora Moneo, usted con esa declaración se ha lucido. La ley del aborto no atenta contra la dignidad de nadie, y no merma los derechos de nadie. Lo único que aporta la ley del aborto es la posibilidad de decidir si tener o no tener un hijo. Porque, ¿sabe? Todo el mundo puede echar un polvo (bueno, déjeme decir hacer el amor, que qieda más elegante) y quedarse embarazada sin quererlo. A su hija o a su hijo le podría pasar. Y sí, es un problemón, te quita el sueño, pero sucede, como la vida misma.

Y la gente aborta, todo el mundo sabe que en nuestro país se puede abortar. Yo conozco a mucha gente que ha abortado. Incluso hay gente que aborta y se lo cubre la seguridad social (aunque la mayoría no lo sabe y paga en las clínicas privadas). ¿Sabe cuál es la diferencia? Que ahora, para abortar, las mujeres no tendremos que alegar que estamos desquiciadas, que estamos psicológicamente inestables a causa o desde que nos quedamos embarazadas. Cuando se apruebe la ley, sólo tendremos que decir: Me quedé embarazada, pero no quiero tener un hijo ahora, no es un buen momento para mí. Ya.

No subestimen el trago por el que una mujer, sea de la edad que sea, debe pasar para abortar. Dejen de pensar que somos unas inconscientes y abandonen esos argumentos maquillados de demócratas, que parece que representan ustedes a la más rigurosa Iglesia Católica y seles olvida que representan a la ciudadanía. ¿Piensan ustedes que nos caímos de un guindo? Las razones de una mujer para abortar están por encima de toda conjetura moral de tres al cuarto. Pregúntennos a las mujeres que hemos abortado, y dejen sus discursos "anti-ampliación-de derechos", que ya no están de moda. Ustedes son los mismos que antes estaban en contra del divorcio, y que se divorcian ahora como todos los demás. Hasta en la "mejores familias" se divorcian hoy en día, y sino que se lo pregunten a la casa real.

Y recuerden que los que mejor saben ejercer sus derechos son los ciudadanos. Dénselos, que ellos sabrán como utilizarlos.

1 Comments:

Blogger carmen ayuso said...

Yo también he abortado y solo tenia 18 años en una España en la cual todavía nunca se habían celebrado unas elecciones.
Todo fue en la clandestinidad y con bastante soledad

Me tuve que enfrentar a muchas cosas, pero lo mas difícil fue el recrearme a mi misma. Es decir,hacer frente a todas las creencias que me habían acompañado hasta ese momento.Puedo asegurar que hasta el día de hoy que tengo 51 años y dos hijos nunca me he arrepentido ni de abortar ni por supuesto del esfuerzo que supuso el salir de aquel conflicto
Gracias por tu apoyo
Carmen

9:51 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home